martes, 29 de septiembre de 2009

Espuma de mar.


Apenas había amanecido hacía una hora. Salí como cada mañana a pasear por aquella hermosa playa. El día estaba nuboso, parecía estar envuelto en una suave capa de humo.
Hacía frío. Los pedazos de musgo pegados al acantilado estaban helados. Paseé un largo rato, sintiendo el fresco aroma del mar en mi rostro, recibiendo pequeñas bocanadas de aire en mi pelo, recordando momentos no muy agradables de mi pasado… cansada ya, me senté en una roca. Alcé la vista y vi algo asombroso. Estaba allí, ante mis ojos, con su larga melena dorada y su escamada cola verdosa. Me sonrió y segundos después desapareció entre las olas como por arte de magia.

1 comentario:

  1. Qué bonito Lia!
    Me gusta mucho como expresas lo de las nubes, es precioso,O.O.

    Besos.

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