lunes, 4 de mayo de 2009

En su silencio me estremezco

Era tarde.
La luna brillaba en lo más alto del cielo estrellado. Caminábamos por la calle silenciosa y vacía, sin hacer apenas ruido. Cada hilo de aire paseaba su olor por mi cara, ese olor que me hace temblar. Deslizó su brazo por encima de mis hombros y susurró en mi oído: ‘’olvídate de todo…’’. Yo simplemente le sonreí.
A cada paso, se iba haciendo más notable la tensión entre nosotros. De pronto se paró frente a mí, me dedicó una mirada pícara, y rozó sus finos labios con los míos, algo que hizo que me estremeciera. Cerró los ojos y se dejó llevar, nos dejamos llevar. Me besó como nunca antes se habían besado dos seres.
Se separó de mí, sonrío, y con agilidad cogió mi mano y salió corriendo hacia un callejón que había entre la oscuridad. Puso delicadamente sus manos en mi cintura, poco a poco comenzó a acariciarme la espalda, con movimientos suaves de arriba abajo… Se me acercó tanto que podía sentir su respiración en mi oído. Él me hizo vibrar, sentirme llena de fuerza y vida. Dominada por el deseo escalé sus caderas, rodeándolo con mis piernas. Segundos después nos besamos devorándonos en cada suspiro.

1 comentario: