En una isla desierta...

El sol aún brillaba sobre la arena mojada. Clarise observaba el paisaje con cierto asombro, nunca había visto nada parecido, era realmente precioso. Sus ojos parecieron gastarle una pequeña broma, a lo lejos, divisaron a un verdadero ángel… Era él de nuevo, otra vez estaba allí, en sus sueños.
Clarise se dejó llevar por el sonido del mar, y se acercó poco a poco a la orilla. Sentía la suave brisa sobre su cara, cada vez el sol se escondía más tras aquel mar inmenso. De pronto notó como alguien con sus manos rozaba su pelo. Ella estremecida se dio la vuelta para comprobar quien la hacía sentirse así…
-Otra vez tú…
El silencio se hizo, y dio paso al ansiado beso que tanto había esperado. Durante largos sueños lo había deseado, y nunca se hacía realidad, pero parece que esta vez todo cambiaría.
La besaba suavemente dejando un agradable sabor en su boca. Necesitaba más, aquello era muy poco, pero quizá ya era mucho pedir en una sola vez…
La miró fijamente a los ojos, con aquella dulce mirada, ella no podía dejar de sonreír. Volvió a besarla y desapareció.
Clarise se dejó caer sobre la arena mojaba a intervalos por las olas, cerró sus ojos y el anochecer cubrió por completo su rostro.