viernes, 23 de abril de 2010

Lluvia.


Un gorro azul era lo único que se veía tras la espesa niebla. Allí estaba Charlotte, tirada en la hierba húmeda tarareando una melodía. Su pelo estaba empapado, al igual que toda su ropa, pero hoy se sentía bien, hoy quería hacer una locura.

A medida que su canción iba avanzando un escalofrío recorría su cuerpo y sonreía tímidamente. El ritmo iba marcado por su corazón, quien latía sin control. Abrió los ojos al notar una gota de agua fría en su mejilla. Se levantó y echó a correr con rapidez, se avecinaba una tormenta y no lo había previsto...

Dejó atrás todo, la canción estaba por terminar y casi no tenía aire para respirar. Se paró un momento a descansar, posó las manos sobre sus rodillas y suspiró. De pronto notó que la lluvia la rodeaba pero ella no se mojaba, se dio la vuelta y allí estaba él. Su niño de ojos chocolate la estaba cobijando con su paraguas.

-¿No querrás resfriarte, verdad? -le dijo con una enorme sonrisa en los labios.

Charlotte se limitó a sonreírle. Hoy quería comerse el mundo y parece que el mundo también lo deseaba...

7 comentarios:

  1. Me ha encantado! Que bien escribes ^^

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  2. Precioso. Quién fuera Charlotte en momentos tan nebulosos. Y no creo que haya nada mejor que un encuentro bajo un paraguas, a no ser que sea un encuentro bajo la lluvia...
    Echaba de menos leerte, guapetona.
    Un besoy feliz día del libro :)

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  3. Buf, que preciosidad, chica. Me encanta.
    Te quiero, un beso muy fuerte.
    (ytengovariasfotosdedicadasparatiyunapequeñocartelillo)

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  4. or cierto, hay una sorpresa para tí en mi blog (:

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  5. OH DIOS!
    escribes genial!
    Que sepas que tienes una seguidora más ;)
    Puedes pasarte por mi blog y echarle un ojo.
    Mis textos no son tan buenos como los tuyos, pero me gustaría recibir opiniones!

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  6. Me encanto!!! que romantico!!!

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